Se manifiestan en alteraciones motoras, sensoriales y hasta “síndromes demenciales” Inicio temprano en consumo de licor y drogas acelera aparición de daños cerebrales
Lima, mar. 17 (ANDINA). Adelantar la ingesta de licor, fumar o consumir drogas a temprana edad acelera el envejecimiento cerebral y provoca la aparición de “síndromes demenciales”, como las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson, sostuvo hoy el neurocientífico Luis Aguilar.
El experto del Centro Iberoamericano de Neurociencias, Educación y Desarrollo Humano (Cerebrum), sostuvo que la absorción de sustancias nocivas desde la niñez y la adolescencia, aumenta la probabilidad de adicción y afecta primero a todo el sistema nervioso.
En diálogo con la agencia Andina, el especialista recordó que el deterioro cerebral no es inmediato, sino que responde a un daño progresivo que termina dejando a este órgano sin capacidad para pensar, concentrarse, recordar, coordinar movimientos, entre otras facultades.
Explicó que el cerebro es un órgano dinámico y cambiante, porque trabaja las 24 horas –incluso durante el sueño o descanso- y se adapta al medioambiente de la personas, mediante un proceso que se llama “plasticidad cerebral”.
“Cuando el cerebro se encuentra en un ambiente normal, su proceso de desarrollo es positivo. Pero cuando toma contacto con el alcohol, el tabaco o las drogas, las moléculas de estas sustancias modifican el comportamiento cerebral, pudiendo generar dependencia o adición”, anotó.
Señaló que la adicción a estos estímulos negativos provoca primero cambios en el sistema nervioso, expresados en problemas de conducta personal, con consecuencias en la salud y la economía familiar.
"En el ánimo de obtener dinero para solventar su vicio, el adicto se vuelve violento y llega a cometer delitos como el robo, comenzando con los bienes de su hogar", dijo.
Aguilar indicó que el impacto negativo de la adicción a nivel neurológico, se manifiesta en el adelanto del envejecimiento cerebral, que naturalmente se da a partir de los 28 años de edad.
Este adelanto provoca enfermedades como Alzheimer y Parkinson, conocidos como “síndromes demenciales”, anotó.
Explicó que, dependiendo del área cerebral afectada, la persona evidenciará diversas secuelas en su organismo. Entre estas secuelas figuran la dificultad de caminar o coordinar los movimientos, y problemas de índole sensorial o de funcionamiento de los sentidos.
“Si el daño se da en la zona del hipocampo, el paciente presenta problemas de memoria. Si hay lesiones en la corteza parietal, tendrá problemas sensoriales. Y si es en el lóbulo frontal, el problema será motor o de control de los movimientos”, manifestó.
El neurocientífico advirtió que el daño se incrementa en el caso de las gestantes, porque no solo ellas corren riesgo, sino también la integridad del bebé que está en formación.
“No hay que olvidar que el sistema nervioso es el primero en formarse en el embrión y culmina su desarrollo luego del nacimiento. El impacto del consumo de sustancias prohibidas durante la gestación puede producir desde malformación en el bebé hasta aborto”, dijo.
Aguilar instó a la población a tomar conciencia sobre la importancia del cerebro para la vida y el desarrollo de la persona, por lo que no vale la pena dañarlo con el consumo de bebidas alcohólicas en exceso o intoxicarse con cigarrillos, drogas y fármacos sin prescripción médica.
El experto del Centro Iberoamericano de Neurociencias, Educación y Desarrollo Humano (Cerebrum), sostuvo que la absorción de sustancias nocivas desde la niñez y la adolescencia, aumenta la probabilidad de adicción y afecta primero a todo el sistema nervioso.
En diálogo con la agencia Andina, el especialista recordó que el deterioro cerebral no es inmediato, sino que responde a un daño progresivo que termina dejando a este órgano sin capacidad para pensar, concentrarse, recordar, coordinar movimientos, entre otras facultades.
Explicó que el cerebro es un órgano dinámico y cambiante, porque trabaja las 24 horas –incluso durante el sueño o descanso- y se adapta al medioambiente de la personas, mediante un proceso que se llama “plasticidad cerebral”.
“Cuando el cerebro se encuentra en un ambiente normal, su proceso de desarrollo es positivo. Pero cuando toma contacto con el alcohol, el tabaco o las drogas, las moléculas de estas sustancias modifican el comportamiento cerebral, pudiendo generar dependencia o adición”, anotó.
Señaló que la adicción a estos estímulos negativos provoca primero cambios en el sistema nervioso, expresados en problemas de conducta personal, con consecuencias en la salud y la economía familiar.
"En el ánimo de obtener dinero para solventar su vicio, el adicto se vuelve violento y llega a cometer delitos como el robo, comenzando con los bienes de su hogar", dijo.
Aguilar indicó que el impacto negativo de la adicción a nivel neurológico, se manifiesta en el adelanto del envejecimiento cerebral, que naturalmente se da a partir de los 28 años de edad.
Este adelanto provoca enfermedades como Alzheimer y Parkinson, conocidos como “síndromes demenciales”, anotó.
Explicó que, dependiendo del área cerebral afectada, la persona evidenciará diversas secuelas en su organismo. Entre estas secuelas figuran la dificultad de caminar o coordinar los movimientos, y problemas de índole sensorial o de funcionamiento de los sentidos.
“Si el daño se da en la zona del hipocampo, el paciente presenta problemas de memoria. Si hay lesiones en la corteza parietal, tendrá problemas sensoriales. Y si es en el lóbulo frontal, el problema será motor o de control de los movimientos”, manifestó.
El neurocientífico advirtió que el daño se incrementa en el caso de las gestantes, porque no solo ellas corren riesgo, sino también la integridad del bebé que está en formación.
“No hay que olvidar que el sistema nervioso es el primero en formarse en el embrión y culmina su desarrollo luego del nacimiento. El impacto del consumo de sustancias prohibidas durante la gestación puede producir desde malformación en el bebé hasta aborto”, dijo.
Aguilar instó a la población a tomar conciencia sobre la importancia del cerebro para la vida y el desarrollo de la persona, por lo que no vale la pena dañarlo con el consumo de bebidas alcohólicas en exceso o intoxicarse con cigarrillos, drogas y fármacos sin prescripción médica.
Fonte: Agencia Andina.pe
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